Vivienda sostenible unifamiliar de fin de semana en un parcela en el municipio de La Calera, en las afueras de Bogotá (Colombia). La casa se dispone en la parte alta de la propiedad, buscando una posición dominante sobre el valle, y la relación con otra construcción existente previa, generando un ámbito común desde el que se accede.
La disposición de los elementos interiores se elabora en función de dos núcleos, a saber: el de día y el de noche, articulados por un pasillo iluminado cenitalmente mediante lucernarios y dotado de un armario continuo. La parte nocturna incluye tres dormitorios con vestidor y baño independiente. La mitad diurna se organiza telescópicamente en una secuencia cocina – comedor – salón – terraza, integrando todas las actividades vitales de la vivienda en un espacio unitario y diáfano, cuyo perímetro se acristala para abrirlo a las vistas sobre el paisaje. Finalmente un humilde peristilo generado mediante plataforma y pérgola genera una circulación exterior que conecta el acceso con la terraza, filtra la relación interior-exterior y constituye un magnífico umbral desde el cual disfrutar y contemplar la naturaleza protegido de la intemperie.
La composición general obedece a la idea de arquitectura sostenible, configurándose como una caja compacta, que minimiza el intercambio térmico con el ambiente, optimizando el consumo de energía. Todos los espacios de la vivienda disfrutan de luz natural. Las áreas vivideras se orientan al sur buscando su calientamiento natural, controlado mediante una pérgola. A su vez, el pasillo con el techo rebajado permite la ventilación cruzada en ambas zonas de la vivienda, facilitando la renovación de aire y la iluminación de las estancias. Finalmente, la cubierta vegetal permite un mejor aislamiento témico, propicia la recogida de aguas lluvias para su uso en los sistemas sanitarios, participa de la absorción del CO2 atmosférico y devuelve a la tierra lo que se le ha quitado.
Respecto a los materiales la estructura de hormigón aporta la estabilidad y durabilidad necesaria al conjunto edificado frente a las difíciles condiciones climáticas del lugar y el revestimiento de piedra local propicia la discreta inserción del volumen en el paisaje. Al interior, los pisos y acabados de madera aportan el confort y la calidez necesaria en una casa familiar de descanso.
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